domingo, 7 de septiembre de 2008

Icchokas Meras

Wed, 02 Jun 2004 07:53:56 -0400
Subject: Novela
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* Fuente: 
http://www.lavanguardia.es/web/20040602/51156335071.html

La partida imposible

"Tablas por segundos" ha constituído la revelación internacional del lituano Icchokas Meras. Ahora se publica en España coincidiendo con una eclosión de las literaturas del Este en la nueva Europa ampliada

Isaac juega una partida de ajedrez con el comadante Schoger para decidir el futuro de los niños del gueto   
 
Meras se salvó de la muerte a los siete años, cuando una familia lituana lo escondió y adoptó   
 
ISABEL GÓMEZ MELENCHÓN - 02/06/2004

Lituania capital Vilnius y poco más. El gran descubrimiento de los últimos años vienen siendo las literaturas que llegan de los países de la antigua órbita comunista, arropados ahora por una entrada en la Unión Europea que los ha puesto por fin en el mapa (el nuestro). En Lituania nació dos veces Icchokas Meras, de quien RBA publica una novela estremecedora, "Tablas por segundos". Meras nació efectivamente dos veces, y en esa doble encarnación está el germen de una obra extrañamente optimista, luminosa pese a las tinieblas. Y sorprendente. "Tablas por segundos" podría ser otra novela sobre o en el Holocausto en un momento en que, consciente de que el pasado siempre se puede repetir, Europa vuelve a mirar la Shoah con una extensísima producción ensayística o de ficción. Pero esta novela va más allá, por su concepción formal y por la veracidad. El planteamiento es diabólico: Isaac, un muchacho de dieciséis años, vive recluido junto con su familia en el gueto judío de una ciudad báltica. Cuando llega la hora de los "transportes", el eufemístico término sinónimo de muerte, Schoger, el comandante del campo, le propone una partida singular de ajedrez, al que ambos son muy aficionados. Si gana Isaac, los niños menores de diez años no serán deportados, pero él perderá la vida. Si gana el comandante, los niños morirán, pero a cambio Isaac se salvará. La única salida es terminar en tablas.... 

Icchokas Meras podría haber sido ese niño. De hecho, casi lo fue. Nació en 1934 en Kelmé, una ciudad del nordeste de Lituania que albergaba una de las más antiguas comunidades judías del país. En el verano de 1941 pereció toda su familia. Él se salvó, junto con su hermana. "El 28 de julio me llevaron a una fosa para matarme. Por casualidad, decidieron devolver a algunos niños al campo. Por otra casualidad, caí en las manos de personas que valoraban la vida de un niño de siete años". Fue su segundo nacimiento. Una familia de campesinos lituanos, Brone and Juozas Dainauskas, lo escondieron y lo adoptaron. Lo enviaron a la escuela y le dieron estudios. Se graduó como ingeniero de radio y telecomunicaciones en el Instituto Politécnico de Kaunas y empezó a escribir. En 1960 publicó su primera colección de cuentos, titulada "El retazo amarillo", basada en su experiencia como niño bajo la ocupación nazi, la misma temática que volverá a aparecer más tarde en estas "Tablas por segundos", la novela que fue saludada por "Le Figaro" como "uno de los mejores libros sobre la ocupación" y que le consagraría como una de las grandes figuras de las letras que vienen del este. 

Como sucede en Imre Kertész o Alexander Tisma, cuya obra "El kapo" acaba de ser editada en nuestro país, la experiencia de la Shoah está muy presente en su obra. No de una manera exclusivista. "Muchos de mis libros tratan de la Shoah, pero no todos ellos, y no hablan sólo de ella, aunque sí debo reconocer que la fuerza y la confianza para dedicarme a la escritura sólo las encontré cuando empecé 'El retazo amarillo'. Nada de lo que había escrito antes me había gustado. Además, en Vilnius vivía una mujer lituana, Oma Simaité, bibliotecaria en la universidad. Oma ayudó a muchos prisioneros del gueto y fue enviada por los nazis a Dachau en castigo. Sobrevivió y se marchó a París, no quiso volver a la Lituania soviética. Cuando leyó mi libro me envió una nota diciendo que yo era 'el' escritor que podía y debía contar el heroismo del día a día de los prisioneros. Su apoyo moral fue muy grande y me ayudó a la hora de escribir 'Tablas por segundos'", explica Icchokas Meras a "Cultura/s". 

"Tablas por segundos" se estructura como una partida de ajedrez, a través de una cinquentena de jugadas. La acción se desarrolla a través de tres frentes paralelos: la partida propiamente dicha, el amor que Isaac siente hacia Ester, una muchacha del gueto de su misma edad, y la suerte que corren los siete hijos del patriarca de la familia, Abraham Lipman, de los cuales sólo Isaac permanecerá vivo cuando llegue el último y decisivo movimiento en el tablero. Meras consigue con los tres frentes paralelos un muy difícil ejercicio de estilo, pues mientras la tensión se mantiene hasta el último momento en una partida permanentemente igualada, el amor adolescente del protagonista le confiere un contrapunto, cuya brutalidad se pone de manifiesto en los sueños recurrentes de Isaac sobre un prado repleto de flores en medio de la sordidez de los barracones del gueto. Los seis relatos sobre los seis hijos muertos de Abraham funcionan independientes entre sí, como cuentos o parábolas. 

Icchokas Meras jugaba a ajedrez cuando era joven, aunque no es un auténtico especialista -un alivio para el lector que no sepa de torres ni peones, podrá seguir la novela sin problemas-. Eligió esta estructura porque le parecía "la más corta y al mismo tiempo más profunda", y obtuvo buena parte de la documentación en sus propias experiencias. "Como un niño durante el Holocausto, viví las experiencias de un judío bajo el régimen nazi. Me encerraron en un gueto, luego me marcaron con la estrella amarilla. Un mes después de que los nazis ocuparon Kelmé, los colaboracionistas locales nos llevaron a una fosa. Mataron a mi madre, un día después a mi padre. Me salvé por accidente. Mis peores experiencias ocurrieron durante los dos primeros meses; después permanecieron el horror y el miedo a ser visto por un extraño y a que me cogieran los nazis, escondido todo el tiempo". Aunque no vivió en el gueto de Vilnius, donde transcurre esta novela, "podía entender los sentimientos de los prisioneros; además, leí libros y escuché muchas historias que luego utilicé, inspirado, tal vez, por el sentimiento de que un ser humano puede mantener su dignidad en cualquier circunstancia, vencer a los peores demonios y permanecer humano". 

A la ocupación nazi le sucedió la soviética. Un nuevo nexo de unión entre los escritores del Este y que llevó a muchos de ellos a emigrar a Occidente, cuando fue posible. Meras marchó en 1972 a Israel, donde todavía reside. Siete años antes había publicado "Sobre lo que descansa el mundo", en la que narraba las vicisitudes de una campesina durante la imposición del gobierno soviético en Lituania después de la Segunda Guerra Mundial. Siguieron "La semana de la luna", "El viejo manantial" y el oscuro y existencialista "Estriptís o París-Roma-París". Esta última despertó las iras del Partido, que consideró sus veleidades abstractas incompatibles con el realismo socialista. Además, estaba el antisemitismo del régimen soviético. "En los 70 comenzó una oleada de conciencia nacional judía y de aspiración de dejar la URSS; una explosión contra las normas soviéticas, ideológicas y políticas, y como judío tuve que elegir en qué parte estaba. Al mismo tiempo mi escritura era cada vez más abstracta e inaceptable ideológicamente, así que decidí emigrar. Era un paso difícil hacia lo desconocido". Una especie de tercera vida. Con "Tablas por segundos", la primera de sus obras que llega a España, podemos conocer cómo fueron las dos primeras.

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Date: Wed, 02 Jun 2004 07:55:07 -0400
Subject: Icchokas Meras
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* Fuente: 
http://www.lavanguardia.es/web/20040602/51156335108.html


Icchokas Meras
"Soy escritor por la fuerza espiritual que dejaron miles de víctimas"

I. G. M. - 02/06/2004

Algunos escritores que vivieron el horror nazi se plantean sus obras como una forma de conjurar los demonios del pasado. 

Yo no escribo como terapia. Pero es evidente que mi experiencia de niño bajo los nazis ha tenido una enorme influencia en mis obras, directa e indirectamente. Como ser humano y como escritor. Cuando digo directamente, quiero decir tiempo, lugar, carácter. Cuando digo indirectamente me refiero a la actitud, relación, punto de vista, en todo, hacia todo y en todo lugar. Cuando me preguntan, creo que llegué a ser escritor porque el poder espiritual de aquellos a quienes mataron alrededor mío necesitaba encontrar a alguien a través del cual expresarse. De lo contrario, ¿es posible que miles de personas puedan ser brutalmente asesinadas sin dejar ningún indicio, ninguna huella, nada detrás de ellos? No puedo y no quiero imaginar algo así. Pero yo no lo llamaría una misión, nunca he pensado que tenga una misión que cumplir. 

Usted escribe en lituano. ¿Es el idioma de sus padres o el de la familia que lo acogió? 

Nací judío, siento como un judío, pero también siento como un lituano. Soy un escritor lituano, pero mi poso creativo, el lenguaje que escribo no es un instrumento formal para hacer textos, es un mundo completo en si mismo: tradición, circunstancias, naturaleza, mentalidad, actitud, perspectiva y mi propia experiencia de la vida. 

En su discurso ante la Asociación de Escritores Lituanos en 1977 explicó que tenía dos madres, dos culturas y dos religiones. 

He vivido y todavía vivo dos vidas, una como judío y otra como lituano. Es bastante difícil cargar con un doble destino, es dos veces más duro que ser sólo un judío o sólo un lituano, y a veces dos veces doble, especialmente cuando en algunas cosas un judío y un lituano piensan de manera diferente, ven las cosas desde distintos puntos d evista. Sin embargo, también tiene una parte positiva cuando eres escritor. Puedes ver las cosas en varias dimensiones, no planas, no desde un único punto de vista; puedes ser un extraño y un miembro de esa sociedad al mismo tiempo, puedes mirar y ver y tratar de entender desde dentro y desde fuera. 

El antisemitismo rebrota en algunos países europeos. 

Hace años se contaban en la URSS chistes que luego no se podían publicar. Durante una época estuvieron de moda los chistes de armenios, así que un armenio que está muriendo le dice cómo últimas palabras a su hijo: "cuida bien de los judíos". Y él hijo contesta "¿Por qué?". "Porque cuando hayan acabado con ellos empezarán con nosotros". Creo que los europeos deberían recordar la sabiduría de aquel armenio. Pero creo que viviendo en el siglo XXI somos mejores y más sabios de lo que fuimos en el siglo XX. Es mi esperanza

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